miércoles, 2 de noviembre de 2011

DE KAMPUCHEA A LLORITO

La llegada al poder de Pol Pot y sus jemeres rojos literalmente aniquilaron a toda una cultura y un pueblo. Dejando de lado lo segundo y sus sangrientos hechos, que no tienen razón de ser en este escrito, centrémonos en lo primero. Esto sucedía en Kampuchea ¿democrática?, tal como bautizó el Jermer rojo al reino de Camboya.

Los jemeres rojos, al igual que otras dictaduras de misma tendencia política o completamente opuesta, pusieron especial cuidado en borrar cualquier trazo cultural  que definiera al pueblo jemer (etnia mas numerosa de Camboya, 95% de la población). Se aniquiló la literatura, la danza, la música, ancestrales tradiciones... Librepensadores, filósofos, profesores, escritores, pintores, ilustrados de todo pelaje fueron literalmente silenciados mediante la purga. Sólo los intelectuales que comulgaban con los principios del Jemer rojo pudieron sacar tajada de la imposición  del régimen

Con la invasión vietnamita, Pol Pot y su Jemer rojo se retiraron a las montañas, dejando tras ellos un país completamente vacío y desnudo de cultura, un erial donde ya no crecía la identidad camboyana, conseguido mediante diatribas manipuladoras y  adoctrinadoras, por supuesto también con amenazas.

La destrucción cultural fue tan brutal y tan bien organizada, que actualmente y tras varias décadas de convalecencia el pueblo camboyano se halla sumido en una dura tarea de recuperación de su propia cultura, la rica cultura jemer, que ha producido cosas tan maravillosas como los imponentes templos de Angkor. Esta tarea pasa principalmente por la enseñanza en los colegios:  recuperación de la danza y  música tradicional, canciones populares, los textos clásicos jemer, etc.

¿Qué tiene que ver un lejano país como Camboya con las Baleares? Muy sencillo. La dictadura catalanista, llena de discursos adoctrinadores y  paternalistas literalmente en sólo dos generaciones casi ha aniquilado nuestra cultura balear para ir sustituyéndola por la catalana.

El proceso de catalanización de las baleares fue perfectamente planificado, con un hipócrita toque paternal y condescendiente, durante 3 décadas nos han dicho como tenemos que hablar “correctamente”, cual debe ser nuestro sentimiento nacional, nos han cambiado la toponimia, el callejero, la bandera, han relegado nuestras tradiciones para obligarnos a esnifar otras que nos son ajenas. Por lo menos dos generaciones han crecido creyendo que son lo que no son. Han venido de fuera para decirnos quienes somos, como tenemos que hablar, como nos tenemos que sentir como pueblo y como tenemos que pensar. ¡Menuda desfachatez! ¡QUINA BARRA!

Los catalanistas han estafado a toda una generación, han hecho creer que la población balear pura es descendiente de la catalana, de la misma manera que Pol Pot proclamó una nueva era de pureza del pueblo camboyano: fuera cultura, fuera librepensamiento, fuera principios tradicionales, fuera idioma propio, fuera tradiciones ancestrales. Todos individuos puros, todos iguales,  todos “kampucheos”,  todos catalanes.

Al igual que el pueblo camboyano, ahora ha llegado el momento de la “descatalanización”. Numerosas personas y colectivos ya trabajan para que esto sea posible. El proceso de “balearización” (entendido como un concepto no turístico) será largo y duro, pero hay que limpiar nuestra tierra de minas anticultura balear, que nos han mutilado como pueblo. Son 30 años de adoctrinamiento descarado, ahora llega el momento de emprender el  largo camino para recuperar nuestra indiosincrasia. El 30 de diciembre  todos los balearistas tenemos una cita muy importante a la que no podemos faltar. El 2012 debería ser el año 0 despues de la imposición catalanista, el año del renacer de nuestra cultura, la balear.


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